Al final, Gerardo Fernández Noroña no pudo, o no quiso salvar a las trabajadoras de limpieza del Senado que fueron despedidas de manera injustificada en febrero pasado. El presidente del Senado se había comprometido a impedir que se consumara esa injusticia y pidió al secretario general de Servicios Administrativos la reinstalación de las empleadas, pero su solicitud fue ignorada. Nos comentan que el único que podía revertir la decisión era el presidente de la Junta de Coordinación Política, Adán Augusto López, quien tiene el control de todas las áreas administrativas del Senado. Las mujeres afectadas fueron notificadas de que su inconformidad no procedió, por lo que ya fueron liquidadas. | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.
Ni Noroña ni Adán Augusto salvaron a trabajadoras
