La presidenta Claudia Sheinbaum lanza el primer uppercut, “no hay sustituto para el jitomate mexicano”, dice, y tiene razón. Ante el intento de Washington de imponer un arancel del 20.91%, la Presidenta dejó claro que el jitomate de Sinaloa seguirá llegando a los supermercados gringos, aunque les cueste más. Julio Berdegué, titular de la Sader, llevará la negociación con el equipo de Donald Trump, que juega rudo y sin aviso. Mientras México acusa dumping en pollo y cerdo, allá responden con castigos al tomate. Pero esta vez México no se achica. Defensa con hechos, no discursos. Y sí, en estos tiempos, el jitomate también es símbolo de soberanía. | Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.