Francisco Garduño, titular del INM, duerme tranquilo mientras 40 migrantes calcinados desde una celda que ardió por negligencia siguen esperando justicia. Se ratificó la suspensión del proceso penal en su contra, como lo dictó el juez Víctor Manlio Hernández Calderón. A Garduño se le imputa ejercicio indebido del servicio público, pero ni eso bastó para inhabilitarlo. La Fundación para la Justicia, encabezada por Ana Lorena Delgadillo, ha denunciado la omisión, la falta de reparación del daño y la burla legal. Cuando la muerte de 40 personas no basta para sacudir el sistema, es que está podrido. Aquí no hay Estado de derecho, hay fuero de facto. | Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.