Baja California Sur se seca y no sólo por el clima. La escasez de agua golpea a la población, la ganadería y las ciudades, mientras que los campos de golf siguen verdes. El diputado Erick Iván Agúndez, del PVEM, alzó la voz en el Congreso y alertó que urge una estrategia seria ante el estrés hídrico. Pero el gobernador Víctor Manuel Castro Cosío está más ocupado en vender la postal turística que en garantizar agua a su gente, que debe pagarla a precios exorbitantes. Con lluvias en mínimos y acuíferos sobreexplotados, el estado se encamina al colapso. Lo que falta no es lluvia, es autoridad y capacidad de mando. | Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.