En medio de la ola de violencia que azota a Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha se da su tiempo para el futurismo político. Ayer, nos comentan, durante la toma de posesión del alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, el mandatario le dio un empujón con miras a la sucesión del 2027. “Yo le tengo fe, lo hará muy bien y más ahora… yo sé por qué les digo, en estos tres años tienes que esmerarte, Gerardo”, dijo el gobernador en plena ceremonia. “El que gana las carreras es aquel que se acredita mejor con su trabajo”, agregó. Lo anterior se tomó en los círculos políticos locales y en las redes sociales como una revelación de que Vargas Landeros es el delfín de Rocha. Habría que ver, nos dicen, lo que piensan otros aspirantes, a quienes no debe haberles hecho gracia este destape prematuro. De modo que, además de la crisis de violencia, ahora don Rubén podría enfrentar una rebelión interna de liderazgos estatales de Morena. Y como dicen los clásicos: ¿Pero qué necesidad? | Se lee en “Rozones” de La Razón.
Rocha juega al destapador
