El Senado, con Morena y Gerardo Fernández Noroña al volante, pisó el acelerador para desmantelar la reforma energética de Enrique Peña Nieto. La CFE y Pemex dejarán de ser empresas productivas del Estado para volver a ser meras empresas del Estado. Un cambio con la visión de soberanía energética de la 4T, aunque muchos críticos ven en esto un regreso al pasado. Pero no sólo va de petróleo y electricidad: también se reactiva el transporte ferroviario de pasajeros. Es decir, el Estado no quiere sólo energía, sino también los trenes. El mensaje es que a la 4T nadie la frena. Desmiéntanlo. | Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.
Turbo legislativo
