La ola de delitos cibernéticos ya sacudió las cuentas de jóvenes becarios del Bienestar.

Se trata de un delito que va al alza, que incluye robo de identidad, y que los sistemas de seguridad de la banca no han podido detener y entonces se limitan a lavarse las manos y decir que nadie sabe, nadie supo.

Ocurre en todos los bancos y el del Bienestar por desgracia no es la excepción. Son apoyos que se entregan a jóvenes que cursan la Educación Media Superior y que de pronto literalmente se esfuman. Varios testimonios aparecen en Crónica.

Lo malo es que cuando se quejan el banco se lava las manos y comienza un largo y sinuoso camino que incluye denuncias en las fiscalías y a la larga sale más caro el caldo que las albóndigas | Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.