Los implicados en la conformación del gabinete de la doctora Sheinbaum pasaron una noche de insomnio, velando armas. Acaso bajaron a toda la corte celestial para que les haga el milagrito de que ellos, un cuate o su compadre aparezcan en la lista que se dará a conocer hoy mismo.
Otros quieren escudriñar las señales para saber desde ahora quiénes estarán la competencia 2030. Ellos pasan por alto que en las primeras listas del gabinete de los últimos cuatro presidentes no apareció quien a la postre ocuparía el Ejecutivo Federal. Tomen nota.
De cualquier forma, el gabinete es una declaración de principios, una carta de intención de lo que se quiere hacer, cómo se hará y quiénes serán los responsables.
La alineación, si es acertada, manda un mensaje de certidumbre y confianza, lo que en periodos de inquietud tiene mucho valor. Ya están aquí los primeros nombres.