Antes de las elecciones del 2 de junio, Manuel Huerta dejó caer una declaración para Golpe Político TV  que vaticinó lo que ocurrió en los comicios: «No entienden muchos que a la gente ya le cambió la pila, como dicen por ahí». Sus palabras iban dirigidas a la clase política, a los medios de comunicación y a los académicos, a quienes consideraba incapaces de comprender la «revolución silenciosa» que se gestaba en el país.

Huerta pintó un panorama claro y contundente: “este país ha vivido una transformación en la que la población ha experimentado nuevas libertades y derechos, y ahora exige más. Hay una revolución silenciosa donde la población ya conoció de libertades, de derechos y quiere más», afirmó, sugiriendo que no es suficiente con continuar la transformación, sino que es imperativo acelerarla.

Con un tono de urgencia y determinación, Huerta subrayó los logros alcanzados bajo el Movimiento de Regeneración Nacional, destacando que en cinco años se ha logrado reducir la pobreza y la desigualdad en un 10%. «No pues al paso que vamos ya la veo desde el cielo», dijo con un toque de ironía, subrayando la necesidad de redoblar los esfuerzos.

En sus propias palabras, dejó claro que Morena no nació simplemente para mitigar la pobreza y la desigualdad, sino para erradicarlas por completo, junto con la opresión y la injusticia. Estas expresiones se cumplieron en las elecciones, demostrando que la voz de la gente había sido escuchada y que la demanda por una transformación acelerada no era un mero deseo, sino una realidad en marcha.