Que el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, subió el nivel del debate en la recta final de las campañas y acaso dolido por el desaire, se ofreció comedidamente a prestarle sus güevos a Jorge Álvarez Máynez, quien lo había mandado a volar un día antes con su propuesta de dejar la dirigencia tricolor y su próximo espacio cameral si el emecista declinaba por Xóchitl Gálvez. Y fue más allá: dijo que el aspirante fosfo se ha acreditado como un “patiño” y un “pelele”. Así se llevan. | Se observa en “Trascendió” de Milenio.