MARCA

Javier Aguirre vive sus días más difíciles en el Mallorca después de haber rozado la gloria con la final de Copa. Ahora llega la hora de la verdad, el momento en que puede salvar a su equipo de la quema del descenso. Para asegurarlo, aunque le puede servir con una victoria, necesita dos en caso de que el Cádiz también las consiga.

La casualidad ha querido que las dos próximas jornadas se jueguen en cuatro días, cuatro días que van a ser tremendos para el Mallorca. Los de Aguirre juegan en casa ante Las Palmas, donde llegan con seis puntos de ventaja con respecto al Cádiz, en un duelo que puede certificar su salvación si ganan y el Cádiz pierde, pero después tienen otro partido casi sin tiempo para digerir lo que suceda el martes ante Osasuna lejos de son Moix.

Si el Mallorca logra esas dos victorias está virtualmente salvado, ya que en el gol average general lleva una diferencia de 13 goles al Cádiz, una distancia imposible para los andaluces con las jornadas que restan. Van a ser, por tanto, cuatro días en los que Aguirre se juega su futuro, que sigue sin estar claro al no tener una oferta de renovación por parte del Mallorca sobre la mesa.

Ante un rival especial

Por si esto fuera poco, ese segundo partido es ante Osasuna, el equipo al que Aguirre está ligado de una manera muy especial, ya que allí triunfó como jugador y como entrenador. Osasuna no se juega nada y Aguirre se lo juega todo, por lo que puede salir de allí por la puerta grande con su Mallorca otro año más en Primera división.